¿Qué son las fascias?
Las fascias o tejido fascial, también llamado tejido conectivo o conjuntivo, es uno de los órganos de mayor extensión del cuerpo humano. Tal y como se puede deducir de sus otras acepciones es el tejido que se encarga de conectar, o conjuntar, es decir, de unir las diferentes partes del cuerpo.
Es el tejido encargado de “pegar” las diferentes partes del cuerpo y, por consiguiente, de dar continuidad a todo el organismo.
Es la red tridimensional sobre la cual se soportan todos los tejidos de nuestro organismo.
La labor del tejido fascial abarca, además, muchas más funciones, las cuales se exponen a continuación:
- Protección ante los traumatismos.
- Formación de los diferentes compartimentos del organismo.
- Revestimiento de las diferentes vísceras, músculos, tejido nervioso, tejido vascular…
- Mantenimiento del bombeo circulatorio sanguíneo y linfático.
- Ayuda en el intercambio bioquímico del organismo.
- Nutrición y excreción celular.
- Ayuda en el mantenimiento de la temperatura corporal.
- Ayuda en el proceso de curación de las heridas.
Podemos deducir por tanto que si la fascia está implicada en tantas y tan importantes funciones su correcto estado es indispensable para el buen funcionamiento de todo el organismo.
Su endurecimiento y pérdida de elasticidad, su rotura o densificación implican a todas las estructuras con las que se relaciona, sean estas músculos, vísceras, tejido vascular…
Su lesión trasciende, por lo tanto, más allá del simple problema mecánico y las diferentes técnicas existentes para afrontar su tratamiento optimizan no solo su estructura y función sino la de todo el organismo.
El correcto funcionamiento del sistema fascial está directamente relacionado con la correcta función de las diferentes partes del cuerpo y, en consecuencia, con una buena salud.